En su día, maestros exigen mejores condiciones

Hoy se conmemora el Día del Maestro. Ademir Pomachagua (47) es un docente con 15 años de experiencia en la Educación Básica Regular (EBR) y la Educación Básica Alternativa (EBA). Su vocación se forjó en las instituciones educativas de la selva central, una zona con carencias. Actualmente, en la región Junín, hay 28,711 profesores que, con compromiso y dedicación, enseñan día a día en aulas rurales y urbanas, formando a las futuras generaciones del país.

Historia
Ademir Pomachagua empezó en la EBR, en la IE Inca Garcilaso de la Vega, en Satipo, comprometido con estudiantes rurales y comunidades nativas, muchas veces olvidadas por el Estado.

Recuerda sus años en la IE San Miguel de Centro Saureni, en Mazamari. “No teníamos energía eléctrica”, dijo. Para llegar a la escuela, debía salir a las 3:00 a.m., viajando en la cabina o la tolva de camionetas. En la IE eran 48 estudiantes. Luego dictó clases en la IE Juan Santos Atahualpa, en la comunidad nativa de Shaki, Satipo. El viaje duraba una hora y media, por un camino peligroso. “La motivación nace al ver que, al ser olvidados por el Estado, esos estudiantes necesitaban que un maestro llegue hasta ellos para brindarles la educación que merecen, ya que por razones económicas no pueden salir en busca de mejores oportunidades”, manifestó.

Más adelante, su vocación se volcó a la EBA, atendiendo a quienes dejaron de estudiar no por falta de voluntad, sino otros factores. “Vi en ellos el deseo de aprender, y supe que había que estar ahí”, señaló. Desde entonces, ha recorrido múltiples CEBA: Rafael Gastelu, José Carlos Mariátegui de Mazamari, San Ramón de Tarma, Luis Aguilar Romani, y hoy, San Ramón de Chanchamayo, donde continúa su labor.

Su esfuerzo no ha sido en vano. Ha llevado a sus alumnos a destacar en concursos organizados por las UGEL de Satipo y Huancayo: narración de cuentos orales, lectura literaria y ensayos José María Arguedas, donde incluso una estudiante de 40 años ocupó el segundo lugar en 2024.

El docente hace un llamado al Estado para mejorar la infraestructura educativa en zonas rurales. Muchas aulas son de madera, construidas por los propios comuneros, con pizarras desgastadas y condiciones mínimas. Las vías de acceso siguen siendo trochas mal mantenidas, lo que dificulta el traslado de docentes y estudiantes. “Existe una brecha abismal entre las IE urbanas y rurales”, sostuvo.

Pedido
Carlos Suárez, docente con más de 25 años de experiencia en Educación Básica y 19 años en Educación Superior, actual decano del Colegio de Profesores del Perú – Región Junín y maestro en la IE 30175, resaltó que el uso de la inteligencia artificial (IA) representa una herramienta clave que, si se implementa con criterio pedagógico, puede ser una oportunidad histórica para transformar la enseñanza.

Para Suárez, los héroes de la educación son los maestros del Perú profundo, que enseñan sin electricidad, sin agua potable ni acceso a herramientas digitales. “Son artistas que crean estrategias con lo poco que tienen, y muchas veces dejan a sus familias para llegar a comunidades remotas donde el Estado no llega”, afirmó.

El docente también cuestionó la indiferencia de las autoridades frente al sistema educativo. “A lo largo de los años, ningún gobierno ha demostrado verdadero interés. Las pensiones de los maestros jubilados no reconocen su esfuerzo. La falta de infraestructura, la carencia de internet en escuelas rurales y otros problemas siguen sin solución”, advirtió.

Precisamente, a nivel regional, se ha identificado que 854 IE con infraestructura catalogada como mala o muy mala, la mayoría en la selva central.

Fuente: Diario Correo