El aumento del arancel del 50% podría incrementar la recaudación tributaria para Perú y provocar fluctuaciones en los precios internos de productos que utilicen cobre. Expertos advierten sobre su impacto a mediano plazo.

La guerra comercial se reaviva desde Washington y sus ondas ya alcanzan a Perú. El martes 8 de julio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de un arancel del 50% a las importaciones de cobre, bajo el argumento de proteger la seguridad nacional.
La medida provocó un repunte histórico en el precio del metal rojo, que en la Bolsa Comex llegó a subir hasta 17% en un solo día, su mayor incremento intradía desde al menos 1988, según datos de Bloomberg.
Frente al anuncio de la Casa Blanca, el ministro de Economía y Finanzas, Raúl Pérez Reyes, salió al paso para calmar las aguas.
“Solo el 5% de lo que producimos y exportamos va a los Estados Unidos”, señaló el miércoles 9 durante una conferencia en la Presidencia del Consejo de Ministros. “En la medida que esta tendencia al alza del precio se sostenga, puede consolidar mayores ingresos tributarios”, añadió.
La noticia llegó justo cuando el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) publicaba su informe mensual, revelando que en mayo de 2025 las exportaciones peruanas de cobre crecieron 13,6% y representaron el 62,6% del total minero exportado.
Arancel al cobre: ¿cuál es su efecto en Perú?
Consultado por La República, Erick García, exdirector general de Hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas, confirmó que el mercado de Estados Unidos para el cobre que producimos no llega al 10%, por lo que no generaría un impacto significativo.
En ese sentido, al imponer aranceles a todas las importaciones de cobre desencadena en el mercado global una subida de precios, que para el Perú sería un incremento en la recaudación tributaria.
«Sin embargo, el aumento del precio del cobre también podría afectar al precio de los productos que utilicen dicha materia prima. Se tendría que esperar que el mercado asimile este anuncio de Estados Unidos”, afirmó para La República.
Por su lado, Erick Valdez, gerente de Gestión Patrimonial en Perú de SURA Investments, detalló que el impacto inmediato en el precio del cobre —que subió hasta 17%— responde a que la medida no incentiva la producción interna en el corto plazo.
“Incrementar la producción local de cobre toma años y requiere grandes inversiones en exploración, minería y refinado. Por eso, lo que vimos fue una rápida cobertura de futuras importaciones más caras y acumulación de stock a precios actuales”, señaló a este diario.
Eduardo Recoba, economista principal para Latinoamérica de iFOREX, advirtió que estos movimientos de precio responden a factores múltiples, incluyendo una baja reciente en los inventarios de la Bolsa de Metales de Londres (LME), que pasaron de 140.000 a 107.000 toneladas.
“Eso podría impulsar aún más el precio del cobre, pero si Pekín decide reponer sus existencias, el efecto se podría diluir. Es un juego de fuerzas”, explicó.
Trump y el cobre: ¿por qué impone el arancel?
El mandatario estadounidense ordenó la medida amparado en la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, usada cuando se considera que las importaciones ponen en riesgo la seguridad nacional. En este caso, el cobre fue calificado como metal estratégico por su uso en infraestructura, vehículos eléctricos, defensa y transición energética.
“Estados Unidos produce solo la mitad del cobre que consume, y China domina gran parte de la refinación global”, explicó Juan Esteban Carreño, estratega de inversiones en SURA Investments.
Con ello, el arancel busca reducir la dependencia extranjera y blindar la cadena de suministro estadounidense, en un contexto cada vez más competitivo con Asia.
Perú no tiene estrategia frente al posible shock del cobre
Aunque Chile y Perú concentran más del 35% de la producción global del metal, China es el principal comprador del cobre peruano.
“A diferencia de Perú, Chile ha instalado desde febrero una mesa multisectorial para anticiparse a este tipo de impactos arancelarios. Nosotros, nada. El Perú solo tiene tres proyectos mineros en agenda entre 2025 y 2026, y ninguno con la escala de Codelco”, señaló Recoba.
Además, Chile exporta cobre con mayor valor agregado, como planchas e hilos, mientras que el Perú sigue vendiendo concentrados. Esa diferencia en sofisticación también influye en los márgenes de ganancia.
“La primera reacción para nuestra economía es positiva, por el alza súbita en precios. Pero si este escenario se sostiene, podría generar una caída en la demanda internacional y alimentar presiones inflacionarias globale, que obliguen a los bancos centrales a endurecer su política monetaria”, advirtió Valdez.
Según el proveedor de datos TradeData Monitor, Perú, Chile y Canadá representan el 94% de las importaciones estadounidenses de cobre refinado y aleaciones. Solo el año pasado, el Perú exportó cobre a EE.UU. por US$920 millones, de acuerdo con la Asociación de Exportadores (Adex).
Arancel sacude a mineras y presiona monedas en la región
Analistas de mercado advirtieron que la medida de Trump genera incertidumbre para los exportadores regionales. Las mineras con operaciones en EE.UU., como Freeport-McMoRan o BHP, podrían beneficiarse. En cambio, aquellas con mayor exposición internacional o altos costos operativos —como Codelco o Antofagasta— enfrentan un escenario más riesgoso.
La medida también presiona a las monedas latinoamericanas, altamente expuestas al cobre. Empero, se sentiría más en Chile que en Perú porque, y según explicó a este diario Carlos Casas, profesor de Economía de la Universidad del Pacífico e investigador del CIUP, el país cuenta con un nivel de reservas internacionales equivalente al 30% del PBI, lo que le da al Banco Central suficiente capacidad para amortiguar choques financieros.
Casas también advirtió que medidas como estas pueden generar alta volatilidad en el comercio internacional, especialmente cuando obedecen a intereses políticos más que económicos.
“Ya lo vimos con el arancel a Brasil, que parece más una represalia por el juicio a Bolsonaro que una estrategia económica coherente”, comentó.
Asimismo, coincidió en que el impacto para Perú se verá más en términos fiscales que cambiarios. “Es una decisión unilateral ante la cual no hay mucho que podamos hacer como economía pequeña. Hay que correr la ola: si sube el precio del cobre, eso se traducirá en mayores utilidades, más impuesto a la renta y mayor canon para las regiones”, explicó.
Felipe Mendoza, analista de mercados financieros en ATFX LATAM, considera que el anuncio abre un escenario dual para Perú: “A corto plazo, podría haber un fortalecimiento del sol por mayores ingresos y precios más altos. Pero si el cobre enfrenta barreras comerciales sostenidas, los efectos podrían sentirse en las cuentas fiscales, la inversión minera, el empleo y eventualmente en la inflación interna”.
Aunque China sigue siendo el principal comprador del cobre peruano, Mendoza advierte que el peso de Estados Unidos como referente de precios y como generador de condiciones logísticas podría alterar los flujos globales.
“Perú debe estar atento al posible reordenamiento de rutas comerciales y márgenes de ganancia, dado el peso que el cobre tiene en su balanza externa y en la estabilidad del sol”, afirmó.
Recoba agregó un elemento clave: “Este repunte de precios no es sostenible a largo plazo. Es más un salto coyuntural ante declaraciones de Trump, que es un actor extremadamente volátil. Hoy dice que impondrá aranceles, mañana puede suspenderlos por 90 días, y eso haría caer el cobre a US$4,40 la libra. Esa incertidumbre política también afecta el apetito de fondos e inversionistas por activos ligados al cobre”.
El economista también subrayó que los altos precios no siempre se trasladan directamente a los ingresos de las empresas mineras.
“Una minera es una compañía con tiempos, costos, rutas, bloqueos. No siempre vende al precio de hoy. Además, Perú tiene dificultades estructurales como la minería informal, el bloqueo de carreteras y falta de estrategia estatal”, comentó haciendo referencia a las protestas que hoy en día tienen lugar en todo el país a raíz del Reinfo.
Perspectivas a mediano plazo
Mientras tanto, el contexto global sigue siendo favorable para el cobre. BBVA Research y UBS coinciden en que el metal se ha beneficiado de una oferta limitada, especulación de mercado y estímulos desde China, proyectando precios estables alrededor de US$11.000 por tonelada métrica para 2026.
Sin embargo, como advierte Recoba, los precios actuales no son resultado directo de una estrategia estructurada, sino más bien de la volatilidad emocional de Trump y de un contexto temporal de baja oferta.
«La estrategia de Trump es no tener estrategia, y eso obliga a países como el Perú a estar más preparados de lo que hoy estamos”, concluyó.
Fuente: Diario La República
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