El ‘Depredador’ explicó por qué no terminó el partido contra la U. Católica y cómo una distensión se complicó en Matute.

Las últimas horas han sido complicadas para Paolo Guerrero. Mientras sus compañeros celebraban la victoria sobre la Universidad Católica de Ecuador, que acercó a Alianza Lima a los cuartos de final de la Copa Sudamericana, él lidiaba con un intenso dolor que le dificultaba caminar. Esa molestia se hizo evidente cuando, a su salida del Estadio Alejandro Villanueva, se le vio cojeando.
Con un semblante más tranquilo, el delantero de 41 años habló este jueves con los medios en las afueras del Complejo Deportivo Esther Grande de Bentín y explicó las razones de su salida prematura en el partido contra la U. Católica. Según Guerrero, venía arrastrando una distensión muscular desde hacía algunos días, y al intentar acelerar su recuperación, la situación empeoró. “Aceleré el proceso de recuperación. Venía con una distensión, y probablemente ahora sea un desgarro”, comentó con sinceridad.
Por ahora, Guerrero estará en reposo y se someterá a una resonancia magnética para evaluar la magnitud de su lesión, que parece afectar su pierna izquierda. Con esta primera información, es probable que el ‘Depredador’ no sea convocado ni para el partido contra ADT por la Liga 1 ni para el encuentro de vuelta contra la U. Católica.
Este nuevo contratiempo físico llega después de una lesión en el tobillo derecho que sufrió en el partido de vuelta frente a Gremio en Porto Alegre, lo que lo obligó a perderse algunos partidos. Ahora, todo indica que podría estar nuevamente fuera de acción por un tiempo.
De no llegar al partido de vuelta contra la U. Católica, Hernán Barcos, quien fue una de las figuras del encuentro en Matute, parece tener asegurada su titularidad en Quito. Sin embargo, la lesión de Guerrero representa una baja importante para el técnico Néstor Gorosito, quien pierde una opción clave en su ataque.
Fuente: Diario Depor