Mientras proveedores hacen huelga de hambre por pagos atrasados, Julio Llallico recibe medalla por su supuesto aporte a la justicia y la armonía.

La escena no pudo ser más contradictoria. Mientras en los exteriores de la Municipalidad Distrital de El Tambo (Huancayo), una familia entera lleva cuatro días encadenada y en huelga de hambre exigiendo el pago de servicios prestados, su alcalde, Julio César Llallico Colca, recibía con honores el título de “Embajador para la Paz”.
El reconocimiento fue entregado este viernes 29 de agosto en el auditorio de la Municipalidad Provincial de Huancayo, por el congresista Raúl Huamán Coronado, representante de la Federación para la Paz Universal – Perú. Como parte de la ceremonia, el burgomaestre recibió un diploma, medallón y pin, como símbolo de su supuesta contribución a la paz, la justicia y el desarrollo.
Una distinción que genera indignación
Sin embargo, para muchos ciudadanos del distrito, el premio no solo es inmerecido, sino también ofensivo, considerando que el alcalde mantiene múltiples deudas con proveedores que siguen sin cobrar por trabajos y entregas realizadas durante su gestión.
Entre las denuncias figuran servicios de mantenimiento vehicular, suministro de alimentos y la compra de instrumentos musicales para escuelas del distrito, los cuales el propio Llallico entregó en ceremonias públicas. A pesar de ello, los pagos nunca llegaron.
⛓️ Proveedores al límite: huelgas y cadenas
Uno de los casos más visibles es el del empresario Fredy Coarita, proveniente de Arequipa, quien en 2023 pasó nueve días encadenado frente a la municipalidad exigiendo el pago por los instrumentos musicales que entregó legalmente. A pesar de su protesta pacífica, la respuesta de la comuna fue el silencio.
Ahora, una nueva familia ha decidido recurrir a la huelga de hambre como medida desesperada para obtener una solución, lo que ha reavivado la indignación de la ciudadanía.
¿Paz para quién?
La Federación para la Paz Universal, organización internacional que promueve valores espirituales y éticos, también ha sido cuestionada por el criterio aplicado al elegir al alcalde como embajador. Para muchos vecinos, resulta incoherente premiar a una autoridad que no resuelve los conflictos básicos dentro de su propia administración.
La situación ha generado una ola de críticas en redes sociales y medios locales, donde la frase «paz con proveedores encadenados» se ha convertido en símbolo del descontento popular.
Fuente: 7 Días