La investigación es realizada por la División de Homicidios de la Dirección de Investigación Criminal de la PNP. Ninguna autoridad policial quiso declarar
La muerte de una paciente que se sometió a una liposucción en la sala de cirugía plástica reconstructiva del Hospital Central de la Policía Nacional (PNP), que debería servir exclusivamente para intervenciones quirúrgicas a efectivos o familiares víctimas de atentados durante el cumplimiento de su deber, ha destapado un escándalo de intervenciones estéticas ilegales dentro del establecimiento institucional.
Según un informe difundido este domingo por Punto Final, la víctima era una madre de seis hijos sin vínculo con la PNP, pero que se registró en el nosocomio como conviviente del suboficial de primera Juan José Regalado, de 64 años, quien se retiró en 1994 y cuenta como casado con otra persona.
De acuerdo con documentos clasificados a los que Punto Final tuvo acceso, el nosocomio colocó como diagnóstico “lipodistrofia abdominal”, definida como cambios anormales en la distribución de la grasa corporal, un cuadro que los especialistas consideran ilógico.
La investigación, realizada por la División de Homicidios de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri), reveló que este diagnóstico se colocó para presuntamente requerir que la paciente tuviera atención urgente. Sin embargo, los procedimientos registrados incluyen liposucción, lipoimplante y termolipo, tratamientos estéticos que no corresponden a una atención de urgencia médica.
Otros cinco médicos policías están involucrados, además del anestesiólogo Juan Campos Aguirre, quien no presta servicios para la PNP. La causa de la muerte de la paciente, según el informe de la PNP, fue hemoperitoneo, estado posquirúrgico y laceración de la vena renal izquierda.
Fuente: Infobae