Netanyahu impulsa una nueva fase militar pese a críticas internas e internacionales. El plan incluye desmantelar a Hamas, evacuar Gaza y establecer un nuevo gobierno local sin presencia palestina reconocida.

El gabinete de seguridad de Israel aprobó un nuevo plan para ampliar su operación militar en la Franja de Gaza, centrado en la toma de la Ciudad de Gaza y en el establecimiento de un control de seguridad israelí sobre todo el enclave. La estrategia, respaldada por el primer ministro Benjamin Netanyahu, busca desarticular a Hamas, liberar a los rehenes y crear una administración civil no vinculada ni a Hamas ni a la Autoridad Palestina.
El plan, dividido en fases, inicia con la evacuación forzada del norte de Gaza y una expansión en la distribución de ayuda humanitaria —aunque excluyendo la Ciudad de Gaza, en lo que se percibe como un intento de vaciarla. La fecha límite para completar esta etapa es el 7 de octubre, en conmemoración del ataque de Hamas en 2023.
La medida ha sido duramente cuestionada por sectores del ejército israelí, familias de los rehenes y manifestantes, quienes consideran que una ofensiva ampliada pondría en mayor riesgo a los cautivos y profundizaría la crisis humanitaria. Se estima que al menos 20 de los 50 rehenes en Gaza siguen con vida.
Pese a las advertencias del jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, Eyal Zamir, sobre las consecuencias humanitarias y diplomáticas de una escalada, Netanyahu recibió el respaldo de sus aliados de extrema derecha. Internacionalmente, el plan ha sido criticado por líderes como el primer ministro británico Keir Starmer, pero cuenta con el respaldo implícito de Estados Unidos.
La expansión militar plantea la posibilidad de una ocupación total del enclave, algo que Israel no ha hecho desde su retirada en 2005. Aunque el gobierno evita hablar de “ocupación” en términos formales —lo cual implicaría responsabilidades legales sobre la población civil—, el plan incluye una presencia de seguridad indefinida.
Organismos internacionales han advertido sobre un agravamiento del sufrimiento civil. El Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Volker Türk, alertó que esta estrategia puede provocar “desplazamientos masivos, más muertes y crímenes atroces”.
Hamas, por su parte, calificó la ofensiva como un “crimen de guerra” que tendrá consecuencias significativas.
Fuente: CNN