Más de 760 mil madres emprendedoras sostienen al Perú

Más de 760 mil madres emprendedoras sostienen al Perú

CORAJE. Casi una de cada cuatro empresas formales del país está liderada por madres que, además de criar, gestionan negocios en condiciones adversas. El 60% de las empresarias también son jefas de hogar y enfrentan triple jornada sin total reconocimiento.

En el Perú, de las más de 3.200.000 empresas formales registradas, alrededor de 1.280.000 —el 40%— son lideradas por mujeres. De ese universo, aproximadamente el 60% también son madres, lo que representa un total estimado de 768.000 madres emprendedoras al frente de empresas formales. En otras palabras, casi el 25% del total de empresas formales del país está conducido por madres que, además de dirigir un negocio, cumplen con el rol de cuidadoras y muchas veces, también, de jefas de hogar.

Los datos fueron compartidos por Rodolfo Ojeda, presidente de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), quien advirtió a La República que si bien estas cifras reflejan un avance en la participación femenina dentro del tejido empresarial, también exponen la enorme carga y las barreras estructurales que enfrentan miles de mujeres que apuestan por el emprendimiento como una alternativa económica.

“El esfuerzo de estas madres muchas veces es silencioso, no reconocido. Pero sin duda son el motor que impulsa a sus familias, a sus comunidades y al país entero”, declaró Ojeda.

Tiempo prestado
Lejos de tratarse de una vocación empresarial planificada, la mayoría de madres emprendedoras inician sus negocios por necesidad, no por una oportunidad estratégica. La razón principal: la rigidez del mercado laboral formal, que no contempla su realidad familiar.

Para muchas, un empleo con horario fijo simplemente no es viable. Al tener que asumir el cuidado de los hijos y las responsabilidades del hogar, iniciar un negocio propio se convierte en la única forma de generar ingresos sin abandonar sus obligaciones como madres.

“La mujer se preocupa cada vez más por contar con educación, sea a nivel técnico o universitario. La mujer entiende que la formación le brindará mayores oportunidades de crecimiento que generarán bienestar para sus hijos”, afirmó Patricia Larios-Francia, profesora de la Universidad del Pacífico e investigadora del CIUP.

Esta inquietud genera una contradicción, ya que muchas de las ellas deciden pausar sus carreras profesionales para dedicarse al cuidado de sus hijos, lo que las impulsa a emprender.

Además, de accuerdo con el informe “Radiografía de las Mujeres en el Trabajo 2025” de Buk al 2025, el 40% de las madres peruanas está insatisfecha con su salario, convirtiéndose en el grupo más disconforme con su remuneración. Solo el 42% de las que solicitaron un aumento salarial lo obtuvieron, en contraste con el 60% de los padres.

Hoy en día, muchas de las madres optan por iniciar emprendimientos desde casa, buscando flexibilidad en su horario. Sin embargo, esta flexibilidad implica un alto costo: jornadas extendidas, agotamiento físico y emocional, y un escaso reconocimiento.

A esto se suman los mismos desafíos que enfrenta cualquier empresario, pero con menos recursos, una red de apoyo más limitada y una carga personal adicional que las hace navegar en un entorno complejo y demandante.

Tierra fértil
Las estadísticas citadas por ambos expertos del Ministerio de la Producción exponen que el 50% de las madres emprendedoras se desempeñan en el sector comercio, una actividad que no exige altos niveles de capacitación ni inversión inicial. Muchas de ellas compran productos al por mayor —ropa, artículos para el hogar, cosmética, entre otros— y los revenden desde casa, ferias, mercados, redes sociales o aplicaciones de mensajería.

El sector servicios agrupa alrededor del 40%, con actividades como peluquería, preparación de alimentos, costura, limpieza o clases particulares. Este sector suele exigir mayor dedicación horaria o habilidades específicas, aunque también permite operar desde el hogar.

Un 10% se dedica a la manufactura, con producción artesanal o en pequeña escala: panadería, textiles, manualidades, cosméticos naturales, entre otros.

De acuerdo con Larios-Francia, la mayoría de estas mujeres tienen entre 26 y 45 años.

Con el viento en contra y los brazos llenos
Ahora bien, uno de los principales cuellos de botella que enfrentan las madres emprendedoras es el limitado acceso al financiamiento. Si bien este es un problema común para todos los emprendedores, en el caso de las mujeres —y más aún, de las madres— las trabas son mayores debido a factores estructurales, discriminación de género y roles sociales tradicionales que siguen vigentes.

La falta de tiempo es otro factor determinante. Conciliar la crianza, el trabajo doméstico y la gestión de un negocio genera una triple carga, que reduce sus oportunidades de capacitación, formalización o expansión comercial. Esta situación, según Ojeda, limita seriamente el desarrollo empresarial y el crecimiento sostenido de sus negocios.

“La mayoría no puede asistir a cursos de digitalización, marketing o contabilidad, que son claves para la competitividad. Simplemente no tienen el tiempo. Y muchas veces, tampoco tienen quién las apoye”, comentó Ojeda.

A ello se suma la escasez de políticas públicas dirigidas específicamente a este grupo. Según ambos expertos, aún son insuficientes los programas de capacitación adaptados a su realidad, las líneas de crédito accesibles o las redes institucionales que faciliten su desarrollo empresarial.

Cosechas escasas
La mayor parte de las madres emprendedoras se encuentra en el sector informal, que en el Perú abarca unos 5 millones de negocios.

Según Ojeda, esta realidad plantea serios desafíos, ya que los emprendimientos informales no tributan, no acceden a crédito ni a seguridad social, y sus ingresos suelen ser menores al salario mínimo (S/1.130).

“Viven al día”, resumió el presidente de la CCL. Además, al estar fuera del radar estadístico, sus necesidades no son visibilizadas por las políticas públicas ni por el sistema financiero.

En cambio, en el sector formal los ingresos pueden igualar o superar el salario mínimo, pero sin representar necesariamente una ventaja económica frente a un empleo asalariado.

Lo que diferencia a estos negocios es, nuevamente, la autonomía.

Manos firmes, corazones valientes
Emprender no es fácil, y mucho menos cuando se asume, en paralelo, la responsabilidad de ser madre, cuidadora y, en muchos casos, jefa de hogar. Sin embargo, miles de mujeres lo hacen día a día, impulsadas por el amor a sus hijos y el deseo de brindarles un futuro mejor: con más educación, mejor alimentación y mayores oportunidades. Esa fuerza que nace del corazón materno las convierte en verdaderas leonas, capaces de enfrentar cualquier desafío.

A ello se suma una cualidad fundamental que caracteriza a muchas madres emprendedoras: la responsabilidad. En el mundo financiero, según datos de la CCL, está comprobado que las mujeres —y especialmente las madres— son más cumplidas con sus compromisos económicos que los hombres. Son trabajadoras incansables, organizadas y profundamente comprometidas con su propósito.

En este mes especial en el que celebramos el Día de la Madre, el mensaje es claro: sigan adelante y crean en ustedes mismas. Su labor es admirable, y el país necesita más mujeres valientes como ustedes. Ustedes no solo sostienen sus hogares: están construyendo un Perú más fuerte, más justo y más humano.

Fuente: Diario La República.